«Después de pasarme la infancia diciendo que quería ser periodista, la vocación me abandonó a los diez minutos de pisar la facultad. Me encontré con la traducción a través del amor por el cine y, aunque acabé terminando la carrera, la suerte estaba echada.
Probablemente por eso conecté con esta película que es antigua en muchos sentidos, todos buenos, y que enciende la chispa de la vocación para ser un periodista como los de antes, pues refleja el final de una era.
A la hora de hacer la traducción para el subtitulado la mayor dificultad técnica fue la habitual en las películas corales con escenas atropelladas: todo el mundo habla a la vez y hay que condensar muy concienzudamente, haciendo una elección razonada de qué dejas fuera y qué incluyes.
La segunda dificultad fue conseguir que, en esa misma condensación y trasponiendo los entresijos legales del sistema estadounidense al español, el espectador pudiera seguir los hechos entendiendo las consecuencias de cada una de las acciones del equipo de periodistas con unas pocas palabras.
Y por último debo reconocer que cuando el guion es bueno, cuando la película es redonda, los guionistas ya han hecho el trabajo de condensación y coherencia más importante, y simplemente tienes que amoldarte a su ritmo y sus personajes».
Lía Moya
Ganadora en la categoría Mejor subtitulación de película estrenada en cine