«Si digo que el posible mérito de este trabajo apenas es mío, no me quedo corta. Tuve la suerte de que, un año antes de que me llegara este encargo, Fernando Navarro me invitara a impartir unas clases sobre la traducción audiovisual de temática científico-médica en la 6ª edición del curso sobre «Problemas, métodos y cuestiones candentes en traducción médica» de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Tanto el tema en sí como el claustro de profesores me imponían sobremanera.

Fernando sabía que a lo largo de los más de diez años que llevo traduciendo documentales, muchos de ellos son de tema científico y bastantes, de temas médicos. Pero no tengo formación científica alguna y yo me veía como el bicho raro entre profesoras con formación médica, neurocientíficos, biólogas (incluso entre los alumnos había biotecnólogas, radiólogos, etc)… Menudo papelón. Pero decidí hacer caso del criterio de Fernando y aceptar su propuesta. La experiencia no pudo ser mejor, y además, trabé una muy buena relación con mis compañeros y con los alumnos.

Así que cuando se presentó ante mí la labor de traducir esta serie de documentales sobre cómo los avances científicos y tecnológicos nos pueden ayudar a reparar o mejorar la capacidad de nuestros sentidos, tenía a una generosísima cuadrilla de expertos dispuestos a ayudarme con la traducción de los términos y los conceptos más complejos. Enrique Saldaña (neurocientífico especializado en implantes cocleares) arañó unas horas de sus vacaciones en Praga, Viena y Budapest para resolverme las dudas del episodio dedicado al oído y para el de la vista pude contar con la colaboración de Laura Munoa, que estudió medicina y pertenece a una familia de oftalmólogos de larga tradición y siempre atiende mis dudas con una amabilidad que no podré corresponderle en la vida. A Fernando, que también sacó unos minutos de su ajetreada agenda para atender mis consultas, recurrí para el del olfato.

Traducir documentales especializados en el plazo de una semana y sin conocimientos específicos e intentar que el resultado no contenga errores ni imprecisiones no es algo que una pueda hacer sola. Hay que estudiar y documentarse sin descanso, pero siempre que se pueda, es recomendable acudir a quienes más saben del tema para solventar los escollos y cerciorarse de algunos detalles.

En fin, que no puedo estar más agradecida a ATRAE por la nominación y a los expertos (estos y otros muchos a los que toca acudir con cada trabajo, que un buen día estamos con barcos de vapor, el próximo con tradiciones malayas y el siguiente con el último conflicto armado) que siempre están dispuestos a ayudarnos para que la traducción sea lo más adecuada y precisa posible.»

Reyes Bermejo (traducción)

«En cuanto a Sobrehumanos, puedo destacar que a su grabación asistió una oyente licenciada en Filología, que me manifestó su entusiasmo por el proceso y el resultado. En cuanto a la adaptación, debo decir que fue un trabajo que afronté de la misma forma que me enfrento a cada trabajo: estudiando y recreando la atmósfera creada por sus autores, comprobando cada dato (sea científico, geográfico o histórico), adaptando el texto para el actor que he elegido para doblarlo, imprimiendo al texto ritmo y fluidez para despertar y mantener el interés del espectador… y estudiando los avances científicos presentes en el documental para poder exponerlos de una forma sencilla, que sean entendibles a la primera por la audiencia, sin que despierten dudas que disipen su atención. Un método de trabajo muy largo y minucioso… que es el que aprendí de los grandes genios del pasado.»

Iñaki Alonso (adaptación y dirección)

Finalistas en la categoría Mejor traducción y adaptación para voces superpuestas en cine, TV, DVD o plataforma en línea


 

Sobrehumanos. Los sentidos del mañana

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