Siempre estuvo interesado en los idiomas, preguntándose qué dirían esas «letras raras» que aparecían en los títulos de créditos de series de televisión y películas de mi infancia. El paso del tiempo le hizo acercarse a los idiomas, y de ahí llegar a la traducción fue casi algo natural.
Comenzó como traductor de series a finales de los años 90, primero en series de animación, para luego ampliar su campo a series de imagen real, documentales, películas e incluso videojuegos.
Ha aprendido mucho traduciendo estos diferentes géneros, cada uno con sus propias características y dificultades.
Su trabajo en Sabotaje en la cocina le ha valido resultar finalista en la categoría Mejor traducción y adaptación para voces superpuestas en cine, TV, DVD o plataforma en línea en los IV Premios ATRAE.